sábado, 28 de mayo de 2011


ocho y media de la mañana, chocan una cuchara contra las cilíndricas paredes de la cerámica de una taza, suena parecido a la alarma de mi despertador. la neblina a lo lejos desde este fuerte impenetrable y hermético termo de agua fria como el que provee de agua a la infusión que me acaban de asignar. encierro. tufo. te extraño. flema rebelde en mi garganta, lágrimas de la noche anterior, una pequeña sonrisa; y no olvides de comprar las duracell. reacomodar algunos aspectos de mi vida. estoy comenzando a odiar mi vida. voces como angeles negros con altavoces rodean mis pensamientos, estan asediando a mi cerebro con dudas.
estoy enfermo de pertenecer a este ciclo, ya no quiero ser de los miles de millones de seres que hacen girar al planeta. no quiero morir en una oficina con mis ya acartonados sueños asomando desde el cesto de basura.