de repente me siiento iimpotente por no ser aquel gran empresariio del que te habiia contado en miis sueños. estabamos ahii los dos, diivagando sobre la fama y la fortuna que ser un humano siin valores nos habiia traiido a los dos. sudando en un shacusii de tergopol con la cara de jesucriisto piintada en la pared que nos observaba, te deciia algo asii:
-$o$ el amor de mii viida.
-vo$ tambiien. tomá
diios les da todo a quiienes merecen nada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario